martes, 17 de mayo de 2011

El nacimiento


Una nueva plaga nos invade. Llega cuando menos te lo esperas. Te persigue y se mete en tu cabeza. Te atrapa, no te deja dormir. Se apodera de tu tiempo. No puedes resistirte a… ¡las series!

Cada día de la semana hay una, o dos, o tres. Salen de esa pequeña pantalla y te cuentan fascinantes historias. Uno se siente impotente ante tantos títulos, personajes, profesiones, situaciones... ¡una ayuda por favor! O mejor ¡otro capítulo!

Es imposible hoy en día no seguir una serie, sobre todo teniendo en cuenta que disponemos de infinidad de canales y que casi todos apuestan por ellas en su programación. Que si una de médicos, otra de abogados, los presos que se escapan, el forense asesino en serie...no falta de nada, cubre todas las posibilidades.

En los bares ya no se habla de fútbol, en las cafeterías no se comenta la actualidad, en los parques no se habla del tiempo o la naturaleza... ¿qué nos está pasando?

Cuánto daño está haciendo. Somos capaces de hacer diagnósticos de primer nivel, de pensar en robar un banco sólo por la satisfacción de escaparnos de la cárcel, podemos tener deseos de ganar juicios vacilando a todo el que se mueva, de aprender a pilotar aviones para estrellarlos en una isla...nos están convirtiendo en psicópatas con conocimientos de medicina y abogacía y unas nociones de supervivencia...

Poco más se puede añadir, excepto que vemos tantas series que ya no sabemos si Dexter es un forense, se ha perdido, tiene poderes, está a dos metros bajo tierra, es un mafioso, es cojo o quizás es una mujer desesperada.

¡¡Bienvenidos serieadictos!!

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