Y es que ¿alguien le recuerda ya como padre de Stuart Little? Imposible, esa cara es del irreverente doctor que nos acompaña (cojeando) desde hace ya siete años, ni más ni menos. En este tiempo hemos aprendido a diagnosticar las más extrañas enfermedades (sólo tenemos que decidir entre Lupus, Sarcoidosis o algo Autoinmune y fijo que acertamos), hemos descubierto cien maneras diferentes de insultar a la gente (si es que no las sabíamos ya) y nos han atiborrado de Vicodina, ese opiáceo en forma de grageas contra el dolor, del que apenas abusa el protagonista.
Odiado y admirado a partes iguales por los médicos reales (no, los de los Reyes no), hay que decir que los guionistas han sabido desarrollar con éxito una subtrama rica en personajes y situaciones. Desde el primer equipo de diagnóstico con Chase (Jesse Spencer), Cameron (Jennifer Morrison) y Foreman (Omar Epps) a los eternos Wilson (Robert Sean Leonard) su fiel escudero, y Cuddy (Lisa Edelstein) la Directora del hospital que intenta mantener a raya a House.
Para acabar hablemos de los finales, parte en la que parecen haberse especializado David Shore (creador de la serie) y compañía, ya que cada temporada disfrutamos de un último doble episodio que nos deja sin aliento y con ganas de más. ¿Seguirán así por mucho tiempo? No se sabe, porque Lisa Edelstein anuncia que abandona la serie, Jesse Spencer no sabe si seguirá el próximo año y como guinda hasta el propio House parece querer su cierre, aunque como bien dice el protagonista principal: “Todo el mundo miente”.
¿Cuál es tu diagnóstico?
No hay comentarios:
Publicar un comentario