Parece que he captado vuestra atención, bribones, y es que todo lo que tenga que ver con el vicio nos atrae como la miel a las moscas. Desde los pequeños e inocentes (como el chocolate) hasta los más grandes y ocultos (como el chocolate también, pero del que más le gusta a Melendi, claro), nuestra vida está rodeada por él. Estamos siendo constantemente tentados por nuestro propio Mefistófeles (nosotros hasta le hemos comprado un pisito aquí cerca porque viene muchas veces), y no tenemos fuerza de voluntad para negarnos. Uno de los que más fácilmente lo ha aceptado ha sido el escritor Hank Moody (David Duchovny) en la serie Californication.
Esta serie nos atrapa con un principio de primera temporada memorable (recordad la escena con la monja…) que marca la línea que va a seguir esta creación de la cadena Showtime. Nos va a contar la vida de Hank, un famoso novelista americano, que se muda a Nueva York con su hija Rebecca "Becca" Moody (Madeleine Martin) y su mujer Karen Van Der Beek (Natascha McElhone) cuando deciden llevar una de sus novelas al cine. Hank, que piensa que la adaptación es una basura empieza a llevar una vida llena de vicios que es difícil de combinar con las labores de padre (que se lo digan a Belén Esteban).
Esta vida de escritor tan típica, cayendo en los brazos del alcohol, las drogas y el sexo (qué original si esto ya lo hacían Bob Marley, The Beatles o Sanchez Dragó) es la línea por la que camina el personaje principal. Las dos caras de Hank, el inmaduro con ganas de vivir la vida a tope (a lo Ricardito Bofill por ejemplo) y el tierno padre y esposo que se desvive por sus hijas, hacen de ésta una serie interesante llevada al extremo de la comedia. Eso sí, los capítulos van poco a poco convirtiéndose en más de lo mismo, llegando a hacer que la serie se diluya.
Duchovny se rodea de varios y muy interesantes personajes secundarios. Desde nuestro punto de vista Karen, su mujer, es uno de los mejores por ese amor-odio que desarrolla de manera brillante durante todas las temporadas. Pero si hablamos de personajes extremos nos debemos fijar en Charlie Runkle (Evan Handler) que es su agente, un pequeño pervertido que no para de meterse en situaciones hilarantes. Charlie está casado con Marci Runkle (Pamela Adlon) que además es amiga íntima de Karen. Es una mujer que abraza sin descaro el sexo, las drogas y el alcohol, muy presentes en toda la serie y sus personajes.
Digna de mención es la segunda temporada en la que tiene que escribir las memorias de Lew Ashby (Callum Keith Rennie). Las continuas visitas a su casa acrecientan esa espiral de mala vida que lleva Hank. También merece un comentario uno de los personajes principales más importantes, Mia Gross (Madeline Zima) una adolescente buscona que se la lía a Moody tras una noche de locura y puñetazo.
Como dato curioso, las referencias musicales de la serie son múltiples, empezando por el propio título. Podemos ver como los nombres de muchos de los capítulos son títulos de canciones. Cuatro temporadas completas y ya han firmado una quinta, lo que quiere decir que éxito no le falta. Veamos si consiguen mantener o incluso levantar un poco el nivel de las últimas.
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